Un mal momento para el Béisbol Cayeyano

(Agradecemos al periódico La Cordillera por la noticia)

Los tiempos de ensueño del béisbol cayeyano parecen estar llegando a su fin. Estaremos dando detalles de todo lo relacionado a nuestro béisbol desde el béisbol menor hasta los Toritos de Cayey.

Desaparecieron las Ligas Infantiles. Un proyecto que comenzó hace muchos años y el capricho de algunos padres llevaron la organización al fracaso donde en los últimos años jugaban con solamente tres o cuatro equipos y fuera de Cayey.

Hasta este momento en que escribo no habrá ligas infantiles para el próximo año ya que muchos de los equipos que quedaban en esta liga se fueron a jugar a Caguas y otros se quedaron en Cayey para participar del programa de Pequeñas Ligas.

La pérdida de este gran programa deja a los de las Pequeñas Liga sacando pecho, pero ellos saben que están haciendo las cosas bastante mal.

Primero que nada el año pasado hubo categorías que no terminaron y esto tiene a algunos de los padres que pagaron por el torneo, enojados y hasta han perdido la fe en sus directivos.

Las personas que andan al frente en estos momentos parecen caminar en burbujas de aire, creyéndose que se merecen toda la atención del mundo, cuando todos sabemos que solo les gusta el figureo, andar con lindas gorras y polos de las Pequeñas Ligas.

Ahora no tienen competencia, así que veremos muchos equipos, pero al final todo es lo mismo. Que recuerden que aún mantengo en mi mente muchas cosas que aún no se han resuelto y que las dejaron pasar, para no meterle mano al asunto.

Seguimos con nuestro beisbol que podría estar llegando a su fin. Muchos equipos eventualmente se mudarán a otros pueblos buscando un mejor trato y más oportunidad para los jugadores.

La época dorada del deporte que tanto amamos, donde nuestros parques siempre estaban repletos de fanáticos, donde el compartir de los jugadores con los fanáticos era de primer orden. Donde la camaradería era la orden del día parece haber llegado a su fin.

Ahora son menos los equipos a nivel juvenil. Levantamos la voz de alerta sobre la eliminación del estadio Angel Luis Correa, para convertirlo en un estadio de Soccer. A sabiendas de que me buscaría una candela con esta situación, no me arrastre como una lombriz y si me paré con un hombre y dije lo que sentía y hasta lo escribí. ¿Pero saben qué? Los que están a cargo de este béisbol juvenil hicieron mutis al asunto y no se atrevieron exponer sus puntos en los medios.

Resultado, no habrá más béisbol juvenil en el estadio Ángel Luis Correa y todos los grandes recuerdos quedarán sepultados, las grandes hazañas, toda una historia deportiva  estará sepultada en los cimientos de estas facilidades.

Muchos piensan  de que el nuevo estadio Pedro Montañez será la gran alternativa. Los juveniles ni se lo crean. Voy a mencionar someramente algunos de los equipos que tendrán que buscar su espacio para jugar y practicar. En enero los Toritos comienzan sus prácticas.

Miércoles y tal vez otro día, quizás los sábados esté ocupado por los mimados. Ahora con la Coliceba la situación se agrava para los juveniles ya que hay que restarle dos días de prácticas y los juegos.

Al no estar las facilidades del Ángel Luis Correa la Copa Alcalde, que ha estado rindiendo frutos por ocho años podría desaparecer. También se habla de traer una franquicia a nivel de la Liga Independiente de Béisbol, que ya cuentan con 15 equipos y que están por añadir más franquicias y Cayey es una de ellas. Súmenle la Coliceba juvenil, estamos hablando de los sub-campeones de Puerto Rico.

Las grandes hazañas del béisbol nuestro están desapareciendo. Una vez se le entregue el Ángel Luis Correa al Soccer, será la estocada final de una muerte segura de nuestro deporte del  béisbol.
Ya yo hice lo mío, lo que me tocaba, ahora es la oportunidad de aquellos que dicen que aman este deporte levantar su voz de alerta y exigir lo suyo.

Ya los ídolos de pueblo se acabaron. Ya no hay el mismo respeto hacia el juego, como lo había en las décadas del 60,70,80 y algunos años de los 90.

Ya no están los Rolo, los Abimael, los Sulo, los Benny y los Sammy Burgos. ¿Quién tiene la culpa? La mismos cayeyanos, los líderes y hasta los mismos jugadores que en muchas de las ocasiones no se dan a respetar.

Ahora mismo la economía anda por el piso. El poco dinero que tienen los fanáticos es para invertirlo en la manera más correcta. No se está para salidas y gastar mucho dinero. Es mejor quedarse en casa. La seguridad en el parque es malísima. Es el momento de sentarnos y analizar hacia dónde va nuestro béisbol, no sea que cuando llegue el momento nos quedemos con las manos cruzadas.

Los sabiondos de este deporte, los que viven del béisbol solo les interesa el sobrecito al final del juego. Ahora en juvenil muchos de los que están a cargo cobran hasta por practicar a los jóvenes. Porque esa es otra, todos o casi todos cobran.

Ya no están los que trabajaban por amor al arte. Eso también se acabó. Esos que siempre están pendientes al sobre son los mismos que andan engafados buscando aquellas organizaciones que puedan pagar y que los libere de la gran responsabilidad de estar en un parque un sábado por cerca de ocho horas. Es más fácil ganarse 5 dólares por niños en una práctica, que asumir una responsabilidad.

El béisbol Clase A también reclama su espacio.