La Fiscalía federal y la Oficina del Inspector General (OIG) del Departamento de Agricultura federal investigan desde julio un supuesto esquema de fraude y mal uso de los fondos federales en el Programa de Alimentación Suplementaria para Mujeres, Infantes y Niños (WIC, por sus siglas en inglés), reveló la directora del programa, Dana Miró.
Una auditoría federal dio paso a la investigación que agravó la situación de este programa que recién había entrado en una sindicatura tras detectarse fallas fiscales, agregó la funcionaria.
Si el programa no logra demostrar este año que puede manejar adecuadamente sus fondos, podría desaparecer en Puerto Rico, confirmó Miró.
“Hay unas investigaciones a nivel de la Fiscalía federal. Están trabajando en conjunto con la Oficina del Inspector General (OIG del Departamento de Agricultura federal). Vinieron aquí y le sometimos mucha evidencia. Empezaron a trabajar”, dijo Miró.
La Fiscalía federal, mediante su portavoz de prensa, Limaris Jover, dijo que esa agencia no podía comentar sobre la existencia de investigaciones.
Miró, entretanto, indicó que la pesquisa arrancó en julio luego que se detectaran irregularidades en una auditoría federal de la OIG realizada en febrero. El fiscal Timothy Henwood está a cargo de la investigación criminal, añadió.
Precisó que la pesquisa comprende diversas áreas del programa del WIC e incluye tanto a beneficiarios como a comercios participantes.
“Hay de todo. Hay comerciantes, hay participantes… pueden haber empleados. Hay médicos involucrados en una serie de esquemas. Están trabajando con ello. Se tardan más tiempo en hacer este tipo de investigaciones”, dijo la licenciada en nutrición.
El Nuevo Día supo que la investigación por fraude tiene que ver con ciudadanos que solicitaron y recibieron beneficios en más de una oficina del WIC. Asimismo, se investiga a comercios que presuntamente inflaron el precio de ciertos productos, haciendo que el WIC pagara costos exorbitantes por ciertos productos y alimentos, reveló una fuente.
Por ejemplo, hay un comercio que le facturó al WIC $3,500 por siete latas de fórmula para infantes alérgicos o intolerantes a la leche, cuatro tarros de frutas para bebé y cuatro adicionales de vegetales para bebé, supo este diario.
También, se investiga a otros comercios que supuestamente llegaban a acuerdos con los beneficiarios para que estos buscaran una autorización médica para obtener del WIC una marca de leche de fórmula muy cara. El beneficiario pagaba la leche cara con un “vale” del WIC pero el comerciante le entregaba un producto de menor precio.
Un galeno debe certificar la necesidad del participante y someter un formulario al WIC para que le provean los alimentos específicos que necesita. Las leches o fórmulas predigeridas e hipoalergénicas, que requieren de una autorización médica forman parte medular del esquema de fraude, supo este diario.
Esas fórmulas especiales ya no forman parte de un contrato que recién firmó WIC para adquirirla a precios preferenciales. Por eso, aunque las despachan, tienen un costo mucho mayor para el programa.
“Hubo mucho mal manejo de esta fórmula en la calle”, se limitó a decir Miró.
Hablan los comerciantes
El presidente de la Asociación de Comerciantes del WIC, José Díaz, aunque dijo desconocer sobre esta pesquisa, tampoco le sorprendió el asunto.
“Sé que la administración no estaba administrando bien los fondos federales desde finales del año pasado. Estamos hablando como desde noviembre, por ahí... que se quedó sin administrador y ahí empezaron a haber malas decisiones. Un ejemplo, la leche Nutramigen en el mercado -para los efectos- se debe cobrar a $32. Los comercios regulares cobraban cuarenta y pico y el programa se los pagaba”, dijo al hablar de un esquema fraudulento que, según dijo, denunció a la “pasada administradora del WIC”.
“Yo, como presidente de la Asociación, estoy dispuesto a que abran los libros. Pero aquí la culpa siempre se la echan a los comerciantes, pero quien paga realmente es el Gobierno”, agregó.
Sobre esto, Miró dijo que “había cartas del Gobierno federal pidiendo respuestas y no le contestaban”.
La pasada administración del WIC tuvo como directora a Edna Marín Ramos. Contactada por este diario, Marín Ramos dijo escuetamente que “todo lo que tuvimos a nuestro conocimiento fue referido a las autoridades concernientes”.
El Programa del WIC se nutre de fondos federales del Departamento de Agricultura federal. Actualmente tiene asignados $203 millones para alimentos a participantes. Unos $40 millones son para gastos administrativos del programa, que tiene 184,000 participantes.
Arresto federal
Miró destacó que el programa está en estos momentos bajo lo que se conoce como un “arresto federal”. “Estamos bajo una auditoría constante del Gobierno federal y todo conlleva una autorización del Gobierno federal”, aseveró.
Más aún, reveló que el Programa WIC ha estado en incumplimiento por los pasados 10 años. “No se sabe por qué no paralizaron el programa. Es como el cuento del lobo: va a pasar y pasar, y no pasaba nada. Y ahora, las cosas se pusieron malas en el Gobierno federal y nos pidieron explicaciones. Llegó el momento de o lo haces, o lo haces”, comentó.
Precisó que los altos costos del programa WIC en Puerto Rico motivaron la visita de los federales en febrero pasado así como la auditoría para saber por qué un 62% de los participantes del programa recibía las fórmulas caras que el WIC ya no adquiría a precios preferenciales. En Estados Unidos esta cifra es de solo un 2%.
Miró indicó que han logrado bajar el consumo de estas fórmulas a un 40%. Pero requieren de más esfuerzos.
“Tenemos que bajarlo (el 62%) o tratar de eliminarlo, si podemos. Estamos en una crisis económica. Esto no es un programa que esté diseñado para enriquecer a nadie. Si Puerto Rico no le puede demostrar al Gobierno federal que puede administrar de forma correcta los fondos que asigna, se expone a perder los fondos. No hay una cifra establecida, pero hay que bajarla”, recalcó Miró. Agregó que a finales de este año sabrán si están “dentro de los parámetros de control de costo”.
Precisó que en abril próximo deben hacer una nueva selección de comerciantes proveedores para el Programa WIC, si no logran controlar los costos, no lo podrán hacer y no vamos a tener programa”, dijo Miró.
Una auditoría federal dio paso a la investigación que agravó la situación de este programa que recién había entrado en una sindicatura tras detectarse fallas fiscales, agregó la funcionaria.
Si el programa no logra demostrar este año que puede manejar adecuadamente sus fondos, podría desaparecer en Puerto Rico, confirmó Miró.
“Hay unas investigaciones a nivel de la Fiscalía federal. Están trabajando en conjunto con la Oficina del Inspector General (OIG del Departamento de Agricultura federal). Vinieron aquí y le sometimos mucha evidencia. Empezaron a trabajar”, dijo Miró.
La Fiscalía federal, mediante su portavoz de prensa, Limaris Jover, dijo que esa agencia no podía comentar sobre la existencia de investigaciones.
Miró, entretanto, indicó que la pesquisa arrancó en julio luego que se detectaran irregularidades en una auditoría federal de la OIG realizada en febrero. El fiscal Timothy Henwood está a cargo de la investigación criminal, añadió.
Precisó que la pesquisa comprende diversas áreas del programa del WIC e incluye tanto a beneficiarios como a comercios participantes.
“Hay de todo. Hay comerciantes, hay participantes… pueden haber empleados. Hay médicos involucrados en una serie de esquemas. Están trabajando con ello. Se tardan más tiempo en hacer este tipo de investigaciones”, dijo la licenciada en nutrición.
El Nuevo Día supo que la investigación por fraude tiene que ver con ciudadanos que solicitaron y recibieron beneficios en más de una oficina del WIC. Asimismo, se investiga a comercios que presuntamente inflaron el precio de ciertos productos, haciendo que el WIC pagara costos exorbitantes por ciertos productos y alimentos, reveló una fuente.
Por ejemplo, hay un comercio que le facturó al WIC $3,500 por siete latas de fórmula para infantes alérgicos o intolerantes a la leche, cuatro tarros de frutas para bebé y cuatro adicionales de vegetales para bebé, supo este diario.
También, se investiga a otros comercios que supuestamente llegaban a acuerdos con los beneficiarios para que estos buscaran una autorización médica para obtener del WIC una marca de leche de fórmula muy cara. El beneficiario pagaba la leche cara con un “vale” del WIC pero el comerciante le entregaba un producto de menor precio.
Un galeno debe certificar la necesidad del participante y someter un formulario al WIC para que le provean los alimentos específicos que necesita. Las leches o fórmulas predigeridas e hipoalergénicas, que requieren de una autorización médica forman parte medular del esquema de fraude, supo este diario.
Esas fórmulas especiales ya no forman parte de un contrato que recién firmó WIC para adquirirla a precios preferenciales. Por eso, aunque las despachan, tienen un costo mucho mayor para el programa.
“Hubo mucho mal manejo de esta fórmula en la calle”, se limitó a decir Miró.
Hablan los comerciantes
El presidente de la Asociación de Comerciantes del WIC, José Díaz, aunque dijo desconocer sobre esta pesquisa, tampoco le sorprendió el asunto.
“Sé que la administración no estaba administrando bien los fondos federales desde finales del año pasado. Estamos hablando como desde noviembre, por ahí... que se quedó sin administrador y ahí empezaron a haber malas decisiones. Un ejemplo, la leche Nutramigen en el mercado -para los efectos- se debe cobrar a $32. Los comercios regulares cobraban cuarenta y pico y el programa se los pagaba”, dijo al hablar de un esquema fraudulento que, según dijo, denunció a la “pasada administradora del WIC”.
“Yo, como presidente de la Asociación, estoy dispuesto a que abran los libros. Pero aquí la culpa siempre se la echan a los comerciantes, pero quien paga realmente es el Gobierno”, agregó.
Sobre esto, Miró dijo que “había cartas del Gobierno federal pidiendo respuestas y no le contestaban”.
La pasada administración del WIC tuvo como directora a Edna Marín Ramos. Contactada por este diario, Marín Ramos dijo escuetamente que “todo lo que tuvimos a nuestro conocimiento fue referido a las autoridades concernientes”.
El Programa del WIC se nutre de fondos federales del Departamento de Agricultura federal. Actualmente tiene asignados $203 millones para alimentos a participantes. Unos $40 millones son para gastos administrativos del programa, que tiene 184,000 participantes.
Arresto federal
Miró destacó que el programa está en estos momentos bajo lo que se conoce como un “arresto federal”. “Estamos bajo una auditoría constante del Gobierno federal y todo conlleva una autorización del Gobierno federal”, aseveró.
Más aún, reveló que el Programa WIC ha estado en incumplimiento por los pasados 10 años. “No se sabe por qué no paralizaron el programa. Es como el cuento del lobo: va a pasar y pasar, y no pasaba nada. Y ahora, las cosas se pusieron malas en el Gobierno federal y nos pidieron explicaciones. Llegó el momento de o lo haces, o lo haces”, comentó.
Precisó que los altos costos del programa WIC en Puerto Rico motivaron la visita de los federales en febrero pasado así como la auditoría para saber por qué un 62% de los participantes del programa recibía las fórmulas caras que el WIC ya no adquiría a precios preferenciales. En Estados Unidos esta cifra es de solo un 2%.
Miró indicó que han logrado bajar el consumo de estas fórmulas a un 40%. Pero requieren de más esfuerzos.
“Tenemos que bajarlo (el 62%) o tratar de eliminarlo, si podemos. Estamos en una crisis económica. Esto no es un programa que esté diseñado para enriquecer a nadie. Si Puerto Rico no le puede demostrar al Gobierno federal que puede administrar de forma correcta los fondos que asigna, se expone a perder los fondos. No hay una cifra establecida, pero hay que bajarla”, recalcó Miró. Agregó que a finales de este año sabrán si están “dentro de los parámetros de control de costo”.
Precisó que en abril próximo deben hacer una nueva selección de comerciantes proveedores para el Programa WIC, si no logran controlar los costos, no lo podrán hacer y no vamos a tener programa”, dijo Miró.
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