Raymond Arrieta le escribe a un nuevo amigo

(Fuente: Primerahora)

“Amigo Alex Gabriel, te digo que no será fácil, pero tampoco será imposible. Tienes un gran corazón y eso es lo que vale, es lo único que cuenta”

Carta para un amigo... ¡que todavía no conozco! El amigo que no conozco se llama Alex Gabriel, tiene 10 años, quiere ser jugador de pelota profesional y jugar con su equipo favorito, los Yanquis de Nueva York.

Hola, nuevo amigo,

¿Sabías que a tu edad yo tenía muchos sueños? Al igual que tú, quería ser alguien en la vida. No me podía quedar quieto y por eso me dieron muchos regaños. Aunque era un niño bueno (según mi mamá), me cogí bastantes time out, como le dicen ahora.

En mi casa o en la escuela, me aburría con facilidad y por eso siempre quería estar haciendo algo. Los otros niños se destacaban más que yo en todo momento: en estudios, arte y deportes pero, ¿sabes qué?, eso no me dejó con los brazos cruzados ni me desanimó en ningún momento.

¿Sabes qué, Alex? Cuando estaba en cuarto grado, una maestra me regañó y todavía recuerdo lo que me dijo: “Arrieta, tú eres un chiquitín charlatán; si te crees que vas a vivir del chiste, estás equivocado”. ¡Quién diría que de eso vivo!

Alex, la vida no es fácil y tiene muchos retos. Muchas veces me preguntan cómo fue que llegué a ser artista. Siempre les contesto que ese era mi sueño, ser artista, hacer reír, y déjame decirte que no fue nada fácil. Fui a muchas pruebas de talento y nunca me cogían. Me decían que era “el casi” o que me llamarían, pero el teléfono nunca sonaba. Yo no me rendía y continuaba intentándolo.

Mi mamá me contó que mi deseo era tan fuerte y estaba tan claro que una vez, al pasar frente a Telemundo, yo le dije que algún día trabajaría ahí.

Te cuento esto porque sé que al igual que tú dijiste que tenías dos sueños: conocer el Yankee Stadium y ser un jugador de los Yanquis, amigo Alex Gabriel, te digo que no será fácil, pero tampoco será imposible. Tienes un gran corazón y eso es lo que vale, es lo único que cuenta.

Con eso puedes lograr todo lo que quieras. Nadie puede detenerte, solo tú. Dios tiene unos planes increíbles para ti, como siempre los tiene conmigo. Eres un gran ejemplo y sé que vas a lograr grandes cosas –no sé cuáles–, pero serán grandes.

Querido nuevo amigo, Alex, solo quería escribirte esta carta para que supieras que estoy muy contento y orgulloso de ti. No dejes de luchar por tus sueños. No importa lo que te digan, sigue tu estrella. Lucha y persevera, aunque digan que estás loco o se rían de ti.

Me gustaría conocerte en persona, si no, solo le pido a Dios que me dé muchos años de salud para poderte ver jugar algún día con los Yanquis de Nueva York.

¡Bendición!