(Fuente: ElNuevoDia)
CAYEY – Desde que un día vio un partido de los Yankees de Nueva York junto con su padre, el niño Álex Gabriel Torres Roldán es fanático de los Yankees de Nueva York.
Pero fue poco a poco, luego de muchos palos de escoba desaparecidos, muchas bolitas de papel de aluminio y de ‘tape’ negro, así como de incontables recogedores sin madera por donde agarrarlos, que sus padres, Neida Roldán Santos y Álex Torres López, entendieron que era inevitable que su hijo menor jugase pelota. Lo inscribieron en una liga.
Fue entonces, a los tres años y medio, que Álex tomó la decisión de que su mayor meta en la vida sería jugar como pelotero profesional para los Mulos del Bronx, y en eso trabaja hoy, a sus 10 años, como pitcher, guardabosques y utility de los Angels de categoría 9-10 años de la Asociación de Ligas Infantiles y Juveniles del Torito (Alijuvento), afiliada al American Amateur Baseball Congress.
“Yo voy a jugar con los Yankees porque ese es el equipo que me gusta desde chiquito”, dijo Álex hace unos días en un partido de fogueo de sus Angels, que próximamente irán a la etapa de campeonatos regionales de su organización, luego de ganar el pase en un partido en el que él lanzó como taponero, contuvo la ofensiva contraria y preservó el triunfo.
“Pero si me coge otro equipo, también juego”, agregó con una sonrisa pícara.
La diferencia entre la historia de Álex y la de miles de niños boricuas que anhelan llegar a Grandes Ligas y jugar con los Yankees es que este cayeyano con sus habilidades, su pasión y su determinación se ha ganado el respeto y la admiración de muchos, debido a la prótesis que sustituye su pierna izquierda y que, a menos que se le vea correr, esta no es perceptible.
Operación necesaria
Su madre explicó que Álex nació con una condición llamada proximal femoral focal deficiency, que provocó que su pierna izquierda no desarrollara el importante hueso fémur. Aunque sí desarrolló la rodilla, la tibia y el pie, estas surgieron casi en su cadera, dejando a su pierna izquierda mucho más corta que la derecha, que se desarrolló normalmente.
Tras varias opiniones médicas en la Isla y en Estados Unidos, según Neida, se tomó el rumbo de amputar la subdesarrollada pierna izquierda de Álex para poder adaptarle una prótesis que, amarrada a la cadera, le permitiría una mejor movilidad y mejor calidad de vida. Y poder jugar pelota.
Y tras la operación, el tratamiento y las terapias, a los tres años y medio ya jugaba béisbol.
“Dirigirlo no es un reto, fuera de esa condición, él es uno más en el equipo. Él corre como todos los demás, hace todos los ejercicios, brinca los obstáculos y hasta roba bases”, dijo Fabián Mejías, coach de Álex en los Angels. “Él pitchea, juega right field y es nuestro stopper, que es lo más que le gusta”.
En el reciente partido en el que El Nuevo Día lo pudo observar en acción, Álex, quien defendía el jardín derecho, se lanzó de zambullida para atrapar el primer batazo del partido.
El dirigente de los Angels, Joan Cortés, más que nada resaltó el corazón que tiene Álex y lo describió como un líder.
“Es un habilidoso del deporte. Él no tiene ningún impedimento. Lo que tiene es un corazón bien grande y el béisbol en su ADN”, sentenció Cortés al explicar que el padre de niño, Álex Torres López, fue su compañero en la pelota Doble A.
Algunos de sus compañeritos de equipo son sus principales fanáticos. Según Mejías, celebran sus actuaciones más que las de cualquier otro jugador.
“Si tuviera las dos piernas...”
“Él corre bien duro con la prótesis. Se tira de pecho a coger la bola. Imagínate si tuviera las dos piernas”, dijo Christian Joel Aponte, tercera y pitcher de los Angels. Mientras, Tommy Lee Cartagena, catcher y tercera, aseguró que “es divertido jugar con él. Nos saca risas con sus chistes y nos tiene animados siempre. Cuando lo supe (lo de la prótesis), me dio pena, pero cuando lo vi jugar, se me olvidó”.
Según Neida, ha habido momentos difíciles, como cuando en otro equipo percibió que discriminaban a su hijo, o como cuando el verano pasado, luego que Álex fuese incluido en una selección de Puerto Rico, se dañara una parte de la prótesis y no había dinero para reemplazarla.
Ciertas partes de la prótesis de Álex tienen una vida útil de entre seis meses y un año. En ocasiones, duran más, pero reemplazar, por ejemplo, la parte que sustituye la rodilla, puede costar alrededor de $11,500.
Pero siempre ha aparecido una solución. Se han realizado ventas, torneos de sóftbol y toda actividad que ayude a generar fondos, pero otras han sido agradables sorpresas. Por ejemplo, el verano pasado, surgió anónimamente la figura del pelotero profesional Dickie Joe Thon, quien, al enterarse del caso de Álex, le ayudó con un donativo para completar el dinero para reparar la prótesis. Y Álex pudo jugar.
Un chico especial
Y han surgido muchos momentos de orgullo, como cuando Álex fue declarado Ciudadano Destacado de Cayey, o como cuando fue escogido por el propio alcalde Rolando Ortiz para que sostuviera la Biblia donde el mandatario municipal posó su mano para juramentar como alcalde en el 2009.
Ha conocido a peloteros y expeloteros profesionales como Carlos Delgado, Álex Cora y Luis López, entre otros.
Ya ha sido parte de selecciones de Puerto Rico en las categorías de 7-8 años y 9-10 años. En julio, viajará a Homestead, Florida, junto con sus Angels para participar de otro torneo internacional. Todo esto con un promedio académico de alto honor.
Y de seguro faltan muchos momentos especiales.
“Siempre he estado orgulloso de mis dos hijos (David Joel, de 15 años, es el otro), pero Álex es algo más especial. Somos nosotros, los padres, los que les ponemos limitaciones a nuestros hijos. Siempre le he dicho que el límite es el cielo. A él le gusta que lo reten, y hasta que no cumple el reto no está tranquilo. Le digo que él tiene que competir y fajarse el doble que los demás y, desde entonces, siempre ha jugado pelota. Él no tiene limitaciones”, finalizó Neida.
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